A menudo en nuestras sesiones con familias, hablamos de cómo mejorar la comunicación, poner normas y límites y cómo resolver conflictos. Aunque en esta ocasión no vamos a centrarnos en el ciberacoso y los riesgos online, si estamos en un momento en que vamos a vivir conflictos en familia y será necesario mejorar la comunicación.

La cuarentena forzosa a la que llevamos haciendo frente desde hace casi tres semanas ha cambiado de forma radical la forma de relacionarse en la familia. El hecho de tener que trabajar, convivir las 24 horas del día con nuestros hijos e hijas, hace que las relaciones entre los miembros de la familia puedan verse afectadas, sean más tensas y aumenten los conflictos. Lo primero de todo, que no cunda el pánico, es totalmente normal. Estamos viviendo una situación difícil sin precedentes. Aun así, si queremos mejorar la convivencia en nuestra casa. El Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad de Madrid ha elaborado una guía con diferentes recomendaciones. Aquí os resumimos las más importantes:

Hable con sus hijos e hijas

En todos nuestros post sobre mejoras en la comunicación con nuestros chaval@s ésta, es la piedra filosofal “hable con ellos”. Muchas veces, los padres y madres nos explican que con el ritmo vertiginoso de vida que llevamos no tienen el suficiente tiempo para hablar con sus hijos e hijas, que no encuentran el momento adecuado…etc. Pues bien, esto es exactamente lo que nos sobra, así que aprovechémoslo. Es tiempo de:

  • Compartir momentos: Es tiempo de practicar cualquier tipo de afición que tengamos en común con ellos, por lo que debemos interesarnos por sus gustos y sus intereses. También podemos empezar algún hobbie nuevo en común, cocinar, tocar algún instrumento, hacer un puzzle… etc.
  • Escúchales: Habla con ell@s de cómo les está afectando esta situación, qué piensan, sienten, como están manejando el aburrimiento y la frustración…etc. Todo ello sin presionarles, simplemente haciéndoles ver que tienen un lugar al que acudir donde puedan expresarse libremente. Cuando lo hagan y se abran a nosotros, es bueno dejar que se expresen a su manera, sin mostrar oposición o crítica y respetando sus tiempos.
  • Negociar: Cuando no consigamos un punto en común debemos intentar llegar a acuerdos entre las dos partes.

Límites, normas y expresión de emociones

Niñ@s y adolescentes necesitan de su familia, sentirse queridos, identificarse con la figura adulta y tener unas normas claras que ayuden a crear un buen ambiente familiar. Por tanto, durante esta cuarentena quizá debamos modificar un poco las normas y límites que teníamos antes, consensuarlos con ellos y pactar las consecuencias de su no cumplimiento.

También debemos ser conscientes de que muchos hábitos se aprender por “imitación” y que nosotros somos su mayor referente por lo que debemos ser un buen “modelo de conducta”, ya que copiarán muchas de ellas (nos las echaran en cara si no son correctas cuando surjan conflictos -y con razón-).

Debemos ayudarles a desarrollar su autoconfianza. Reconocer sus logros, enseñarles a no compararse más que consigo mismo y valorar y reconocer sus comportamientos positivos.

Los padres y madres debemos entender que esta situación de confinamiento es difícil para tod@s, por lo que es fundamental ser flexibles y tener paciencia. Comprender que las posibles rabietas y enfados desproporcionados son consecuencia de las emociones intensas que estamos viviendo estos días, miedo, frustración, aburrimiento, cansancio…. Y que somos los adultos los responsables de contener y canalizar dicho comportamiento… Debemos enseñarles a canalizar dichas emociones y ofrecerles alternativas. Hacedles ver por otro lado, que esos sentimientos son normales, que la situación que estamos viviendo no es fácil, y que todos nosotros nos sentimos así alguna vez.

Establecer hábitos y rutinas. Mantener responsabilidades

Podemos intentar que nuestr@s hij@s nos ayuden con las tareas cotidianas. Así se sentirán útiles y fomentaremos su autonomía. Para ello, lo primero de todo es entender que debemos tener paciencia, ir graduando las tareas que podrían hacer, primero tareas simples y fáciles para ir pasando a tareas de mayor dificultad y dando siempre refuerzos a cada logro conseguido.

Fomentar hábitos de estudio y de trabajo en casa. Establecer horarios tal y como los tendríamos si fuésemos a la oficina o al instituto.

Establecer hábitos sanos de sueño, alimentación, aseo, vestimenta, fomentando su autonomía y evitando la sobreprotección.

Fomentar hábitos saludables como hacer ejercicio, tener tiempo de ocio, hacer actividades que no impliquen uso de la tecnología, cómo hacer puzles o jugar a las cartas. Ayudarles a identificar todo aquello que les hace sentirse bien y a relajarse.

Redes sociales y familiares

Debemos entender que la situación de confinamiento les mantiene lejos de sus amigos y en la adolescencia, los iguales son su principal fuente de satisfacción. Por ello, padres y madres debemos ser flexibles en cuanto al uso que sus hijos e hijas hacen de las tecnologías.  Es bueno que hagan videollamadas con los amigos y puedan socializar y mantenerse conectados con todas esas personas especiales que tanto echan en falta. También podemos fomentar la empatía, explicándoles lo importante que es para sus abuelos recibir noticias de ellos, fomentar que les llamen, que les escriban una carta, a los niños más pequeños que les dibujen algo… entender que ayudar a los demás en estas situaciones tan complicadas puede ser muy satisfactorio.

¿Qué debemos hacer en situaciones especiales?

Si algún familiar resulta enfermo o hay alguna pérdida de un ser querido, de un abuelo u otro familiar en estas situaciones de confinamiento, se debe explicar a los hijos e hijas, lo que ha ocurrido o está ocurriendo, dentro del momento evolutivo en el que se encuentren, y aunque sea una situación angustiosa hay que tratar de mantener la calma para que los niños no se contagien de estas emociones descontroladas. No hay que engañar a los niños, es preferible no mencionarles esta situación a engañarlos. Nuestros hijos necesitan que sus padres les expliquen de la mejor manera posible lo que ocurre, pero serán sus figuras de referencia las que contengan y alivien sus emociones.


Gemma Hernaiz

Psicóloga. Máster en Psicología Clínica en Intervención en la Ansiedad y el Estrés. Más de 10 años en intervención directa con colectivos vulnerables en Reino Unido y España, así como experiencia en el trabajo con adolescentes y familias.

Con el apoyo de: Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea-Next Generation EU