Acabo de terminar de ver por segunda vez la serie y cada vez que la veo me gusta más. Creo que es una serie muy necesaria hoy en día porque trata un fenómeno que, aunque muy presente en nuestra sociedad, sigue silenciado: la violencia de género digital

Escrita y protagonizada por mujeres, esta serie trata sobre cómo la difusión de material íntimo de una persona puede llegar a destruirla. Habla de sexting, de sextorsión, de porno de venganza y del juicio social y mediático al que se somete a las víctimas de éstos delitos, casi siempre mujeres. 

El argumento se centra en torno a Malen (Itziar Ituño) una brillante política con un futuro prometedor cuya carrera se ve gravemente alterada por la difusión de un video en el que aparece manteniendo relaciones sexuales con un hombre que no es su marido. El escándalo está servido. ¿Qué mejor manera de desacreditar a una mujer brillante y poderosa? Diciéndole al mundo que no vale, que es vulgar, adúltera, que mantiene sexo en lugares públicos, vamos, que no cumple con la imagen que se espera de ella. La mujer puta, la etiqueta, el estereotipo. Su intimidad se ha convertido en un debate público, pero, lejos de amilanarse, Malen, decide mirar de frente al problema y seguir en su cargo, a pesar del evidente daño a su imagen, su familia y su futuro.

De forma paralela transcurre la historia de Bego (interpretada por Patricia López Arnaiz), un personaje decidido a entender qué determinó el suicidio de su hermana. Su hermana Ane, (Veronica Echegui) es operaria en una fábrica, tiene una pareja a la que quiere y una vida aparentemente feliz. Está vez es su exnovio quién, despechado,  difunde un vídeo de Ane manteniedo relaciones sexuales en grupo entre los trabajadores de la fábrica. El mal llamado porno de venganza. ¿Cuál era su intención? Humillarla, denigrarla, joderle la vida. Ella no puede soportar el sentirse señalada y decide acabar con su vida. 

Pero esta serie no solo habla de vergüenza, de victimización, de pudor, de la culpabilización de las víctimas, también habla de la ayuda entre mujeres, de la sororidad, de que hay ciertas cosas que no estamos dispuestas a tolerar, de que queremos un cambio.

En la crónica española encontramos casos muy similares a la trama de la serie. Uno de ellos fue el de Olvido Hormigos, concejala socialista de los Yébenes (Toledo), víctima de la difusión de un vídeo sexual que ella había mandado a su entonces pareja. El clip se hizo viral y Hormigos le denunció tanto a él como al alcalde de la localidad, pero el caso terminó archivado poco después. La ley entendía que, para que hubiese delito, el vídeo tendría que haber sido sustraído, y, en este caso, era ella quien lo había mandado. No se consideró que hubiera delito ni contra la intimidad, ni contra la integridad moral de la mujer, que quedó gravemente afectada, según ha reconocido en posteriores entrevistas.

Poco después, el Gobierno cambió el Código Penal Español, que ahora dictamina que “será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año, o multa de seis a doce meses el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones” . La responsabilidad del delito recae tanto en la primera persona que lo envía cómo en quiénes lo difunden.

Otro de los casos más graves ocurrió en el 2019, Verónica, trabajadora de la empresa de trasportes IVECO se suicida tras la difusión no consentida de un video sexual del que es protagonista. El caso fue archivado al no descubrirse quién lo difundió. 

Trabajo en institutos de la Comunidad de Madrid tratando temas como el ciberacoso, las tecnoadicciones y la violencia de género digital. Raro es el instituto del que me voy sin que alguien me cuente un hecho similar que haya ocurrido recientemente en el centro. Entonces me pregunto, si personas adultas sufren de una manera tan brutal ¿cómo les afectará a los adolescentes? Y me reafirmo en la idea de que esto tiene que cambiar. Tenemos que educar a nuestras niñas y niños para que no reproduzcan estereotipos machistas, para que empaticen con las víctimas en vez de culpar, para que sean capaces de hacer frente a este tipo de situaciones, de denunciarlas y de posicionarse al lado de quién las sufre.


Gemma Hernaiz

Psicóloga. Máster en Psicología Clínica en Intervención en la Ansiedad y el Estrés. Más de 10 años en intervención directa con colectivos vulnerables en Reino Unido y España, así como experiencia en el trabajo con adolescentes y familias.