Hemos tenido la oportunidad de leer la Guía informativa sobre violencias y delitos de odio por razón de género, editada por la Federación de Mujeres Progresistas. La a guía se enmarca en su programa “Ciberacoso: visibilización, sensibilización y prevención de los delitos de odio por razón de género”, financiado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, con el que pretenden favorecer la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres combatiendo todas las formas de discriminación y violencia. El proyecto surge de la necesidad de apoyar a las mujeres víctimas de violencia digital y de proveerles una información básica sobre sus derechos. Es una publicación que nos ha gustado y queremos aprovechar este espacio para compartirla y destacar algunos contenidos que nos han parecido de interés.

Este estudio nos ha gustado ya que la mayoría de estudios atienden el acoso principalmente entre adolescentes o en las
relaciones de pareja, existiendo un vacío en relación a las violencias discursivas en línea y singularidades el ciberacoso en función del género, realizando su propio estudio exploratorio mediante una encuesta a 267 participantes desde los 16 años. En la guía, también encontrarás un marco normativo relacionado con la ciberviolencia de género, datos sobre el impacto de la ciberviolencia, pautas y consejos si eres víctima de este tipo de violencia y enlaces a recursos y enlaces de interés (entre los que agradecemos estar, ¡muchas gracias compañeras!).

El estudio ha permitido identificar un posible perfil de cibervictimización: la edad (el 48% de las mujeres tienen una edad
comprendida entre los 25 a 45 años), tener conciencia de que autodefinirse como feminista en redes aumenta el riesgo de sufrir ciberacoso (71%), y percibir la Red Social de Twitter como la más violenta (63%), lo que coincide con diversas investigaciones que indican que está dentro de las más utilizadas para ejercer ciberviolencia y que es la protagonista con relación a los temas de igualdad y comunicación política.

Pese a que la tecnología puede ser una herramienta de reducción de la desigualdad (y la red ha favorecido el progreso social hacia la igualdad gracias al activismo feminista en red), sin embargo, también ha abierto la puerta a un mundo digital de amenazas online y a nuevos cauces para la proliferación de un discurso posmachista, reproduciendo un odio indiscriminado que promueve la violencia contra las mujeres en Internet. La violencia ejercida contra las mujeres a través de los delitos y discursos de odio ha ido en aumento en la última década. La Macroencuesta de Violencia Contra la Mujer 2019, publicada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, recoge que, del total de mujeres de 16 o más años residentes en España, el 15,2% ha sufrido stalking (mensajes no deseados, obscenos, amenazantes o molestos….) en algún momento de su vida.

La violencia cibernética, como forma de violencia de género, debe confrontarse también como problema social. Si la violencia offline es considerada ya como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud, al ritmo que se está expandiendo el ciberacoso en la red también tendremos que hablar de la pandemia digital machista.

Los delitos de odio se conceptualizan como delitos “cometidos por razón de los prejuicios y la intolerancia, por lo que suponen una grave amenaza tanto para las víctimas como para nuestra sociedad” (Informe de 2019 sobre Delitos de Odio en España, del Ministerio del Interior). Esto incluye motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o
creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual. Cuando se ejerce sobre las mujeres, en función de su sexo, y con intención de dejar patente su sentimiento de superioridad frente a las mismas, se aplica el agravante de género. Y cuando estos incidentes y discursos de odio se producen a través de Internet u otros medios de comunicación social, se aplica el tipo agravado previsto en el artículo 510.3 CP ya que una vez publicado digitalmente, pueden ser reproducidos y difundidos masivamente y, por tanto, son de difícil eliminación.

Algunos datos recogidos en la guía:

  • 1 de cada 10 mujeres ha sido víctima de violencias en Internet.
  • El 74% nunca denunció a la policía, ni siquiera en los casos más graves de acoso (Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, FRA, 2014).
  • Un 73% de las mujeres ya se ha visto expuesta o ha experimentado algún tipo de violencia en línea, siendo considerada como grave el 18%, lo que “equivale a unos 9 MILLONES” de víctimas (ONU Mujeres, 2015).
  • Un 98,9% de las mujeres con presencia en el nuevo espacio público digital ha sufrido al menos un tipo de violencia online. 9/10 víctimas de estas violencias digitales de género no denuncian (informe «Las ciberviolencias machistas”, Grupo Antígona).

[Descargar guía informativa sobre violencias y delitos de odio por razón de género]


Adrian Aguayo Llanos

Trabajador Social. Máster en Educación y Comunicación en la Red. Responsable de comunicación y formador en la Fundación Gestión y Participación Social. Formador y asesor en la Asociación Pedernal Educación y Tecnología. Miembro de los Movimientos de Renovación Pedagógica.