¿Qué es el Bienestar Digital?
El Bienestar Digital consiste en mantener una relación saludable con la tecnología; así como usarla para que nos ayude a satisfacer algunas necesidades en nuestra vida en lugar de generarnos nuevas necesidades o tener problemas derivados de un mal uso.
Vivimos en una sociedad hiperconectada. Las pantallas están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida, desde la escuela hasta el ocio, desde el trabajo hasta las relaciones personales. Pero, ¿cómo lograr una relación saludable con la tecnología? ¿Cómo protegernos —y proteger a la infancia y la juventud— de los riesgos que existen en el entorno digital sin renunciar a los potenciales beneficios de un uso seguro, crítico y responsable?
En este artículo queremos compartir algunos consejos básicos para implementar el bienestar digital en nuestras vidas.
Consejos para incorporar el Bienestar Digital en nuestra vida
¿Cuánto tiempo pasas frente la pantalla al día? La mayoría de personas dedicamos un uso de tiempo excesivo a dispositivos y pantallas. El primer paso para evitar un uso abusivo de pantallas es controlar el tiempo de conexión. Además, valora también el coste oportunidad de realizar otras actividades cuando estás conectada/o. Pregúntate: ¿estoy renunciando a salir con amistades, hacer deporte, descansar, trabajar/estudiar…? Ponte un tiempo diario de uso de pantallas y planifica espacios de desconexión digital. Puedes llevar un control de los tiempos, e incluso poner límites a algunas aplicaciones, en el apartado de Bienestar Digital de tus dispositivos. También puedes usar apps de control parental para controlar y limitar el tiempo. AL mismo tiempo, explora otros intereses offline: deportes, lectura de libros, arte, música, naturaleza, jugar y salir con amistades, pasar tiempo en familia…
¿Eres consciente de las notificaciones que recibes? Algunos medios alertan que recibimos una media de una notificación cada 10 minutos. Y una de cada 3 personas mira el móvil más de 100 veces al día. Además, hay personas expertas que aseguran que las notificaciones también contribuyen al sistema de recompensas de nuestro cerebro. Cada notificación genera una expectativa y libera dopamina en nuestro sistema nervioso. También debemos saber que casi todas las apps, entre los permisos que nos piden aceptar, la más habitual es el permiso a recibir notificaciones. Para las personas desarrolladoras de estas apps es una forma de tratar de capturar nuestra atención, que abramos y dediquemos tiempo a la aplicación (aunque no tuviéramos pensado entrar en ellas de forma consciente), monetizar nuestra actividad… Por tanto, no es una opción desarrollada para nuestro bienestar, sino con una clara intención comercial. Todas estas notificaciones suponen una distracción, interrupciones y, muchas veces, una pérdida de tiempo. Por eso, otra recomendación que te hacemos es desactivar las notificaciones de las apps. De esta forma, aumentas el control sobre el uso de las aplicaciones instaladas ya que eres tú quien elige cuando entrar y usar dicha app.
¿Duermes con el móvil o lo tienes siempre en la misma habitación donde estás? El móvil no es un animal de compañía, puedes dejarlo fuera e ignorarlo que no te lo reprochará 😉. Si duermes con el móvil es posible que lo último que hagas antes de dormir sea usarlo, y al levantarte, que lo primero que hagas sea… usarlo de nuevo. Estos patrones de comportamiento pueden dificultar el sueño o facilitar conductas de uso abusivo. Ponte una hora tope para usar el móvil antes de acostarte (unas 2 horas pueden ser una buena orientación), deja el móvil fuera de la habitación para que no interrumpa tu descanso, y pospón el primer momento en el que lo consultas. También puedes activar el modo No molestar, en determinados momentos del día para que no te interrumpa. Otros espacios libres de tecnología deberían ser las comidas y las conversaciones cara acara con familiares y amistades.
¿Cuál es tu nivel de exposición a contenidos inadecuados en Internet? Internet está lleno de información útil si se sabe buscar, filtrar y seleccionar la información de calidad. Pero también estamos expuestos a imágenes, vídeos y mensajes violentos, sexualizados o poco apropiados para ciertas edades. No todo lo que aparece en redes sociales o en Internet es cierto, útil o saludable. Para prevenir una exposición negativa deberemos desarrollar el pensamiento crítico. No creas todo lo que veas en Internet. Contrasta y compara la información y las fuentes, aprende a detectar y combatir las Fake News y bulos. También puedes configurar filtros de contenidos o usar controles parentales para bloquear determinadas apps, páginas webs o contenidos.
¿Cuidas tu salud emocional en las redes sociales? Ya sabemos que las redes sociales pueden generar presión, ansiedad o baja autoestima si no se usan con conciencia crítica. Algunas personas se comparan constantemente, se frustran por no recibir suficientes likes o se ven afectadas por contenidos negativos. Recuerda que mucho de lo que se muestra en redes es irreal o está manipulado para parecer perfecto y que las vidas de quien comparten esos contenidos parezcan idílicas. Aplica el pensamiento crítico y deconstruye los discursos de las personas influencers que sigues y descubre creadores de contenidos alternativos. Si algo de lo que ves en las redes sociales te genera malestar, bloquea y denuncia esos contendidos y perfiles. Valora a las personas por quiénes son, no por sus seguidores o su imagen en redes, evitando las comparaciones. Y si eres tú quien comparte contenidos, hazte antes algunas preguntas: ¿es necesario?, ¿se puede usar en mi contra? ¿es respetuoso?, ¿puede afectar a alguien?…
¿Cómo son tus relaciones online? La forma en que nos comunicamos en entornos digitales también debe basarse en el respeto, la empatía y la responsabilidad. No hagas ni digas en línea lo que no harías ni dirías cara a cara. No participes ni permitas situaciones de ciberacoso, exclusión o humillación. Si lo ves, actúa apoyando a la víctima, informa y denuncia. Además, cuida tu privacidad y respeta la privacidad de otras personas. No compartas imágenes, ubicaciones o información que pueda ser usada en tu contra, ni compartas información personal de otras personas sin su permiso.
Por último, da ejemplo con tu comportamiento. Ya seas madre/padre/educador, es más importante hacer que decir. Nuestro ejemplo y cómo nos compartamos influye en las personas con las que nos relacionamos. Así que si cuidamos nuestro bienestar digital, no sólo seremos más felices, sino que además contribuiremos a que las personas que nos rodean también lo sean.
Y tú, ¿qué otras actitudes mantienes o recomiendas para asegurar el bienestar digital?